Había estado en un par de ocasiones en Londres, pero el hecho de viajar por trabajo no me permitió ejercer de turista. Siempre fue un viaje deseado, del que había oído hablar mucho, por ser un destino obligado que casi todo universitario de mi entorno ya había visitado. Uno de esos viajes pendientes que, pese a la cercanía, por alguna razón no tuve ocasión de realizar hasta bien entrada la treintena. Fue entonces cuando descubrí el afamado mercado de Camden Town y otros mercados y mercadillos de Londres como el de Brick Lane, el de Greenwich o el de Portobello.
Oporto es una ciudad cuyo encanto reside en gran parte en esa especie de paisaje urbano decadente con las fachadas desconchadas y colores vivos que han ido perdiendo su intensidad con el paso del tiempo. Los edificios deteriorados se entremezclan con palacios señoriales y majestuosas iglesias, escondidas entre callejuelas en las que la vida diaria sigue fluyendo a pesar de haberse convertido en un destino popular. Si además el cielo amanece encapotado, diría que esa melancolía tan propia de Portugal puede verse acentuada. Y si llueve, es preferible no desesperar y tratar de disfrutar al máximo de la ciudad. Porque también hay cosas que ver y hacer en Oporto en un día de lluvia y saudade. (más…)
No es fácil moverse por Dubái, ni a pie, ni en coche ni en transporte público. Esta ciudad, que se comenzó a erigir de la nada en los años 80, no está diseñada pensando en los peatones. Dubái, con dos millones y medio de habitantes censados, es una ciudad descomunal en todos lo sentidos y desplazarse por cuenta propia de un lado a otro puede resultar una tarea más complicada y larga de lo que aparenta. El metro es una buena manera de moverse por Dubái, pero es conveniente tener en cuenta algunos detalles relativos a las tarifas y las líneas, así como del género del viajero que, ya se sabe, por estos lares no es cuestión baladí. Al menos si no quieres terminar en una vía sin salida.
Aquel viaje por Sri Lanka se desarrolló al filo de la época de los monzones, pero tras los primeros días soleados, de pronto cayó una tromba de agua que no cesó en varios días. Habíamos llegado a Colombo, la capital comercial de la isla, bajo una intensa lluvia, y apenas habíamos tenido oportunidad de visitar la ciudad. Al atardecer el cielo comenzó a despejarse y decidí perderme en esta urbe de 650.000 habitantes siguiendo la luz de la puesta del Sol. Lo que no sabía es que esa persecución me depararía, además de una preciosa estampa de la ciudad al ocaso, una intensa noche de fiesta y drama en Colombo bajo la luna llena.
Autobuses organizados por la agencia de viajes, transfers pactados con el hotel mucho antes de llegar al destino… Seamos sinceros. Lo que mola en las grandes ciudades es moverse utilizando el transporte público. Llegar a La Paz es como llegar a la concentración anual de taxistas, chóferes y transportistas. Y es que un caos autorregulado se apodera de esta ciudad de Bolivia todas las mañanas. Los dos sentidos de la avenida 16 de julio se llenan de viejos Dodges, son los «micros». A su lado se agolpan los «trufis», que son coches compartidos, Y mientras tanto los «minis» tratan de hacerse un hueco entre los taxis gritando desde la ventanilla los destinos a los que viajan. Hay varias formas de moverse en transporte público en La Paz, y aunque cada una tiene su funcionamiento, todas son válidas siempre que no acabes donde terminan las negociaciones. (más…)
Como cada 20 de enero, a partir de esta medianoche sonará sin descanso en las calles de Donostia la marcha de San Sebastián compuesta por el maestro Sarriegi, una melodía sobradamente conocida por todos los donostiarras. De unos años aquí, sin embargo, se ha recuperado para la tamborrada una marcha anterior, la antigua marcha de Donostia recogida por Juan Ignacio Iztueta «Zuria» en su «Cancionero» de 1827. Fue un folklorista, dantzari, escritor e historiador controvertido de Zaldibia perseguido por la Inquisición, según apuntan todos los indicios, por algunas de sus ideas. (más…)
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