La región de Vestfold fue uno de los reinos de la Era Vikinga. No en vano, dos de sus localidades se disputan el honor de haber sido las primeras villas fundadas en Noruega: Tønsberg, que aún existe, y Kaupang, ya desaparecido. El trepidante pasado vikingo de Vestfold está documentado de forma extraordinaria gracias a los restos arqueológicos que ellos mismos dejaron en esta zona. Muchos de los drakkars del Museo del Barco Vikingo de Oslo fueron hallados en Vestfold, y aún se conservan in situ numerosos monumentos funerarios como el complejo de Midgard y la tumba de Oseberg. Por allí pasa la conocida como Ruta Vikinga de Noruega, atravesando la tierra en la que al parecer todo buen vikingo desearía ser enterrado.
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En la llamada Era Vikinga, Noruega estaba dividida en pequeños reinos independientes, gobernados por caudillos locales. Estos reinos competían entre sí por la supremacía en los mares, estrechamente ligada al poder político. La actual región de Vestfold, y algunos otros territorios que ahora no forman parte de la división administrativa, fue uno de los reinos más pujantes de la época.
La primera mención escrita conocida de este reino vikingo data del año 813, como consecuencia de la presencia de los reyes de Dinamarca en Vestfold para sofocar un levantamiento. Se cree que la antigua ciudad de Kaupang fue el primer enclave comercial noruego conocido, en la antigua región de Skiringssal (Sala Brillante, en noruego antiguo). Se ubicaba entre los actuales municipios de Larvik y Sandefjord, en el mencionado condado de Vestfold.
Kaupang es considerada la primera villa fundada en Noruega junto con Tønsberg, ambas a comienzos del siglo IX. La diferencia es que la primera desapareció alrededor del año 930, mientras que Tønsberg sigue existiendo. El comerciante y viajero noruego Ottar fra Hålogaland escribió hacia el 890 sobre Skiringssal durante su estancia en la corte de Alfredo el Grande, rey de Wessex. Su viaje debió llevarle «desde el extremo Norte, a través de Norvegr, Kaupang y Hedeby, hasta Inglaterra».
Se da la circunstancia que los reyes de Vestfold se consideraron a sí mismos la dinastía destinada a liderar la unificación de Noruega, allá por el siglo décimo. Este hecho se ve reflejado en la exitosa serie de televisión «Vikingos«, en la que el actor Peter Franzén interpreta al Rey Harald, considerado el primer monarca de Noruega. La residencia de los reyes se encontraba en Tønsberg, donde se celebraba la asamblea mediante la que se proclamaba a los reyes vikingos.
Vestfold es una auténtica mina en lo que a restos arqueológicos de la Era Vikinga se refiere. Muchas de las piezas que se exhiben en el más importante museo vikingo de Noruega provienen de esta región. En concreto, el Museo de Barcos Vikingos de Oslo alberga el barco de Oseberg (hallado en Tønsberg) y el de Gokstad (originario de Sandefjord), además del drakkar de Tune (región de Østfold) y otros objetos como trineos, camas, un carro de caballos y tallas de madera que fueron encontrados en las excavaciones del asentamiento arqueológico de Midgard, en Borre.
Los drakkars de Oseberg y Gokstad son auténticas joyas que se han conservado inusualmente bien gracias al modo en el que los vikingos enterraban a sus jefes. Y es que no solo los enterraban a ellos, con los jefes se enterraban también sus embarcaciones. En concreto, junto al barco de Oseberg se encontraron los esqueletos de dos mujeres, una de entre 60 y 70 años y otra de entre 25 y 30. Debieron ser enterradas en otoño del año 834, según los análisis realizados a los troncos de la tumba.
No se sabe cuál de ellas gozaba de una jerarquía superior, y tampoco si una de ellas pudo ser sacrificada para acompañar a la difunta. Se ha dicho que una de ellas podría haber sido una reina vikinga, abuela del Rey Harald, aunque los investigadores se han decantado posteriormente por la posibilidad de que fuera una sacerdotisa. En cualquier caso, allí se enterró a una mujer muy poderosa, a tenor de la opulencia de la tumba y los valiosos objetos encontrados.
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En el caso de la sepultura de Gokstad se encontró un solo un esqueleto, de un hombre de entre 50 y 70 años. Fue enterrado a finales del siglo IX en una especie de cama tallada en un tronco. Si bien se desconoce la identidad de esta persona, la teoría más aceptada es que se tratara de Olaf Geirstad-Alf, un rey de Vestfold de la casa Yngling cuya muerte según las sagas vikingas (Heimskringla) coincide con la datación realizada a los restos.
Si bien el Museo del Barco Vikingo de Oslo no es parte de la Ruta Vikinga propiamente dicha, es una visita obligada para cualquier persona interesada en historia vikinga. En realidad, la ruta de los vikingos comienza en Borre (entre Horten y Asgardstrand) y finaliza en Mølen, pero Oslo es un lugar de paso obligatorio para llegar a Vestfold, por lo que conviene aprovechar la parada. Además, es una buena forma de iniciarse en el mundo vikingo y todo lo que la Noruega tiene para mostrar sobre su pasado. El museo se encuentra en la península de Bygdøy de la capital y es parte del Museo Cultural Histórico de la Universidad de Oslo.
LA RUTA VIKINGA DE NORUEGA
La Ruta Vikinga no es un recorrido al uso que haya que recorrer de principio a fin, sino más bien una serie de puntos de interés arqueológico repartidos a lo largo de un recorrido muy fácil de transitar por carretera. Los yacimientos vikingos, que se encuentran muy cerca de Oslo, se pueden visitar in situ. En ocasiones se completan con un centro de interpretación, como en el caso del complejo funerario de Midgard. Su nombre representa en la mitología noruega el mundo de los mortales creado por los dioses Odín y sus hermanos Vill y Ve tras el combate que los enfrentó al gigante Ymir. Y a juzgar por las numerosas tumbas que hay por la zona, y el afán de los jefes tribales noruegos para ser sepultados en esta tierra junto a sus pertenencias y barcos, debe ser el sitio donde todo vikingo que se precie desearía ser enterrado para viajar al Valhalla, el cielo de los guerreros vikingos.
Llegamos al Centro Histórico de Midgard, uno de los puntos clave de la Ruta Vikinga de Noruega. Los arqueólogos están trabajando en una parcela de al lado, al tiempo que un granjero evita pasar con su tractor por la zona precintada objeto de la excavación. Han encontrado algo insólito. El lugar no solo es un conjunto de enterramientos, sino que al lado de este hay todo un asentamiento vikingo. Lo atestiguan las características columnas de madera de la arquitectura vikinga y otros restos que están extrayendo y analizando en el momento que reciben a un nuevo visitante.
El protaonista del yacimiento arqueológico de Midgard es un conjunto de monumentos funerarios, unas enormes tumbas con forma de túmulo cubiertos de piedras, tierra y hierba, en los que en su día fueron enterrados varios jefes vikingos. Los restos se completan con un centro de interpretación en el que se muestran las réplicas de algunos restos encontrados en Borre aderezadas con explicaciones gráficas y prácticas sobre la Era Vikinga. El de Borre es el mayor conjunto de sepulturas monumentales de todo el Norte de Europa.
El centro de interpretación de Midgard fue abierto al público en el año 2000 con el objetivo principal de crear y difundir el conocimiento sobre la Era Vikinga en el Condado de Vestfold. Los túmulos funerarios constituyen uno de los sitios patrimoniales más importantes de Noruega, y denotan que Borre fue un lugar de poder e influencia. Muchos de los objetos encontrados son de procedencia oriental y atestiguan una fuerte influencia cultural de los países de todo el Mar Báltico, Polonia y Rusia. Una de las piezas halladas es una especie de hebilla decorativa de oro que se utilizaba en las riendas de un carro de caballos. «Debió ser para los vikingos más caprichosos lo que un Ferrari para los ricos de la actualidad», comenta la guía de Midgard Anna Arnestad antes de abrir las puertas del Gran Salón.
LOS TÚMULOS FUNERARIOS
Las 9 tumbas vikingas principales de Borre fueron construidas entre los años 600 y 900 después de Cristo. Junto con ellas, se conservan tres grandes montones de piedra que hacen una función monumental, así como otros 30 túmulos funerarios de menor tamaño e importancia. Los monumentos más ostentosos son una clara evidencia del poder político de las personas que allí fueron enterradas.
La gran cantidad de enterramientos encontrados sugiere que Borre fue probablemente un lugar elegido por los líderes para ser enterrados y manifestar su honor después de la vida. Inicialmente se creyó que todas las tumbas vikingas pertenecieron al linaje de la poderosa familia Ynglinga, pero una investigación basada en el análisis de ADN dio lugar a una nueva teoría. Es posible que se tratara de un lugar popular para el enterramiento de gente poderosa y pudiente llegada desde distintos puntos de Escandinavia, pues los restos humanos hallados provenían de lugares muy diferentes y alejados.
Además de los restos de un asentamiento permanente, en Borre han encontrado indicios de lo que puede ser un puerto vikingo en el que atracaban los drakkars. Quizá los mismos que luego serían enterrados junto con sus dueños para pasar a mejor vida, en su último viaje al Valhalla. Midgard está estratégicamente situado a la entrada del fiordo de Oslo, y es probable que los túmulos fueran levantados allí para que pudieran ser vistos desde el mar.
La visita al Centro Histórico de Midgard se completa con una reunión en el Gran Salón de las celebraciones, el enorme comedor comunitario en el que se reunían los vikingos. Un fuego encendido en medio de la estancia calienta la majestuosa sala, y alrededor de él los guías de Midgard relatan numerosas historias y anécdotas sobre el pasado vikingo del lugar. El edificio está construido siguiendo las técnicas tradicionales de los vikingos, y decorado con motivos tradicionales extraídos de varias excavaciones. Es el primer punto de la Ruta Vikinga que se visita si se comienza el recorrido desde Oslo, y probablemente uno de los más interesantes.
NAVEGAR EN UN DRAKKAR
Son muchos los restos arqueológicos y museos que se pueden visitar en Vestfold. Pero si lo que uno quiere es sentirse como un auténtico vikingo la siguiente parada de la Ruta Vikinga la encontrará en Tønsberg. De camino, es posible visitar el enterramiento de Oseberg, en las inmediaciones de la ciudad, y comprobar in situ de dónde salió el barco que ahora se exhibe en el museo de Oslo.
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De camino al casco antiguo de Tønsberg. al lado del hotel Quality Klubben, un artesano se afana en pulir unas cuadernas de madera. Está construyendo una réplica a tamaño real de un drakkar, un barco vikingo anterior al siglo X. Un poco más adelante, en los muelles del puerto, varias embarcaciones tradicionales se balancean suavemente amarradas a un bolardo. Las réplicas que se construyen artesanalmente no se almacenan en algún museo, sino que son botadas a la mar y utilizadas en excursiones para colegios y turistas. Gracias a la asociación Viking Saga de Tønsberg, cualquiera puede sentirse vikingo a por unas horas a los remos de un drakkar.
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Tønsberg es considerada la ciudad más antigua de Noruega. Según Snorri Sturluson, fue fundada antes de la Batalla de Hafrsfjord con la que el Rey Harald I de Noruega unió el país bajo su mandato. Fue un importante centro comercial, sede del Haugating o asamblea vikinga de Vestfold y uno de los lugares más destacados para la proclamación de los reyes noruegos.
En el siglo XIII, el rey Haakon Haakonsson ordenó edificar un castillo llamado Tunsberghus. Solo quedan unas pocas ruinas de la fortaleza, sobre cuyos restos se levantó posteriormente la torre Slottsfjellet a modo de monumento conmemorativo. En las placas que flanquean la entrada están registradas las firmas doradas de dos reyes modernos de Noruega: Haakon VII (1 de agosto de 1906) y Olav V (1 de julio de 1958). En una de las inscripciones se puede leer:
871 – 1871. Que la ciudad que se encuentra en este lugar prospere por otros mil años.
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A los pies de la fortaleza se encuentra Slottsfjell Museet, que además de exhibir otro barco vikingo (no tan bien conservado como los de Oslo,) y contar con un espacio que reproduce la arquitectura tradicional noruega, alberga exposiciones sobre historia medieval y la industria ballenera de la localidad. En una de sus salas se conservan los esqueletos de numerosos cetáceos, como si de un enorme osario marino se tratara.
La siguiente parada de la Ruta Vikinga se encuentra al sur de Vestfold, en el yacimiento conocido como Kaupang. Las excavaciones llevadas a cabo en este lugar atestiguan que los vikingos estuvieron en contacto con pueblos de Europa Central, Inglaterra, Francia, Irlanda y varias zonas del Mediterráneo. Entre otros objetos, se han encontrado varias monedas procedentes de Kufa, en Irak. Pero los vikingos no solo codiciaban el dinero y el oro, también les gustaba la moda, compraban artículos de lujo y se equipaban con lo último en armamento. La meta de la Ruta Vikinga de Vestfold se encuentra en Mølen, cerca del extremo más austral de la región. Los montículos de piedra hallados en este lugar también han sido datados en la época vikinga.
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