Road trip around Iceland from Barking Blogs on Vimeo.
Dar la vuelta a Islandia en coche en 7 días es algo relativamente habitual, siempre que no se incluyan en la ruta los fiordos del Oeste y no se pretendan visitar todos y cada uno de los puntos de interés que uno se encuentra en su ruta. Este vídeo resume en apenas 4 minutos el viaje en coche por Islandia en el sentido de las agujas del reloj, visitando las principales regiones de la isla. Un viaje de carretera y manta con más de 2.500 kilómetros al volante.
DÍA 0: LLEGADA A KEFLAVÍK
Llegamos al aeropuerto de Keflavík hacia las 23:30 de la noche y lo primero que hicimos fue recoger el coche de alquiler. Todo fue a la perfección gracias a la asistencia ofrecida desde el principio por la agencia Island Tours, especializada en viajes a Islandia. Las compañías de alquiler de coche del aeropuerto están abiertas las 24 horas, por lo que se puede recoger y dejar el coche a cualquier hora del día o, en este caso, de la inexistente noche. Por estas fechas (viajamos en junio) el sol se pone hacia las 23:30 para aparecer apenas 3 horas después y la noche nunca se deja caer del todo. Cabe destacar que en Islandia es obligatorio llevar siempre las luces de cruce encendidas, sea de día o de noche. Las pocas horas que nos quedaban del día 0 las empleamos para dormir en el motel Alex Guest House, un alojamiento que hay al lado del aeropuerto. Nos alojamos en una habitación con baño compartido y desayuno incluido. Sencillo, práctico, limpio y funcional. Un buen comienzo cuando llevas más de un año pensando en viajar a Islandia.
DÍA 1: FIORDOS DEL OESTE
Los West Fjords (Vestfirðir en islandés) son probablemente las grandes olvidadas de la costa islandesa, y también el lugar en el que me quedaría si volviera a viajar a Islandia. Nos desplazamos a esta península noroccidental de la isla para documentar en varios reportajes las historias de balleneros vascos ocurridas hace varios cientos de años. Y lo conseguimos. Es una zona costera plagada de fiordos, no muy habitual en los circuitos turísticos por Islandia. Para llegar a los fiordos del Oeste es necesario salirse de la ruta del afamado Ring Road, la carretera circular que recorre la isla. Algunos de los hitos del viaje por esta zona son la cascada de Dynjandi, los pueblos pesqueros de Ísafjörður y Bolungarvik y todos y cada uno de los fiordos que tuvimos que recorrer para llegar a nuestro primer destino, incluyendo el trayecto por algunas pistas de coche un tanto maltrechas. En cualquier caso, nada que nuestro Volkswagen Polo no pudiera soportar, suficiente para hacer el recorrido que nosotros hicimos.
DÍA 2: NOROESTE
Nuestro segundo día de viaje lo dedicamos prácticamente a recorrer todos los fiordos de Ísafjarðardjúp, acercarnos a la isla de Æðey y poner rumbo hacia el Noroeste (Norðurland vestra en islandés). Sacamos tiempo de donde no había para visitar y fotografiar los restos arqueológicos de la estación ballenera vasca de Strákatangi (siglo XV), ubicada en la orilla opuesta a Holmavík. Hicimos noche en un pequeño camping de Blönduós, muy cerca de las famosas rocas de Hvítserkur, para salir a la mañana siguiente hacia Akureyri. Sería nuestra siguiente parada rumbo a Húsavík, donde las ballenas esperaban impacientes nuestra visita para ser grabadas. Aprovechamos para repostar y comer un perrito caliente en una de las gasolineras N1 de Islandia, una parada técnica imprescindible.
DÍA 3: NORDESTE
Tras un par de días de auténtica paliza en la carretera, llegar a Akureyri, la cuarta ciudad de Islandia en número de habitantes y la considerada capital del Norte, fue como una bendición. Nos tomamos varias horas para descansar, pasear por el puerto y sus calles y comer a mesa puesta en Akureyri Backpakers Hostel, un sitio sencillo pero recomendable. Después de comer volvimos a la carretera rumbo a Húsavik, haciendo parada obligada en la cascada de Godafoss. Según nos íbamos acercando, la niebla se nos fue echando encima. Aquella tarde no pudimos finalmente ver ninguna ballena, y tampoco más allá de nuestras narices. No había más de 100 metros de visibilidad y en esas condiciones era muy difícil ver ningún cetáceo aunque haberlos, haylos.
DÍA 4: HACIA LOS FIORDOS DEL ESTE
Cambio de planes. Tras varias semanas planeando el viaje y tras haber programado con bastante antelación la actividad de avistamiento de ballenas en Islandia, no podíamos irnos de Húsavik sin verlas. Tras pasar la noche en el camping de la localidad, nos levantamos de nuevo con el cielo bastante cubierto. Sin embargo, las nubes eran más altas que el día anterior y según nos confirmó Robert, nuestro guía de North Saling, esta vez sería probablemente más fácil divisar un chorro de agua o una cola que saliesen de la superficie del mar. Nos enfundamos de nuevo los trajes de agua y nos hicimos a la mar, con las tarjetas SD recién descargadas esa mañana y las baterías de nuestras cámaras hasta los topes. Fue una decisión acertada, como podéis ver en la imagen que ilustra el vídeo. Ese mismo día visitamos varias cascadas impresionantes como las de Selfoss y Detifoss y tomamos la decisión errónea de hacer una parada en el lago Myvatn, donde nos aguardaba un ejército de mosquitos y hordas de turistas que llegaban en bus, miraban y se iban. La carretera nos llevó, pasando por Egilsstadir, a los Fiordos del Este y decidimos hacer noche en Seyðisfjörður, durmiendo por 80 euros en una habitación doble con baño compartido en el Post Hostel.
DÍA 5: DE ESTE A SUR
El quinto día lo pasamos en su totalidad en la región del Este (Austurland en islandés), de camino hacia el sur, donde se encuentra el famoso Círculo Dorado. Tras pasar una zona montañosa hicimos un nueva parada técnica en el puerto pesquero de Höfn, repleto de pabellones en los que se manipula el bacalao. Tomamos una sopa caliente y aún entre brumas nos dirigimos hacia Jökulsarlón, el lago en el que desemboca una de las lenguas del mayor glaciar de Europa: Vatnajökull. Visitamos otra de sus lenguas en Skaftafell pero no llegamos a tiempo para hacer un trekking por este glaciar de Islandia, así que nos dirigimos hacia Vík. Cenamos en el restaurante Halldorskaffi, aprovechamos un instante que dejó de llover para montar la tienda de campaña y nos fuimos a dormir con las esperanza de que el siguiente día amanecería despejado.
DÍA 6: LAS TIERRAS DEL SUR
Un nuevo intenso día nos esperaba cuando nos despertamos en el camping de Húsavík a eso de las 5:30 AM. Las duchas de mujeres del camping estaban recién pintadas, por lo que hombres y féminas tuvimos que compartir el baño. Era conveniente despertarse pronto para no encontrarnos con aglomeraciones. Nos acercamos a tomar café a la gasolinera más cercana pero era demasiado temprano, al parecer. La víspera habíamos observado que en la tienda colindante de Icewear prometían café gratis durante las 24 horas del día (nunca mejor dicho, pues nunca se hizo de noche). Así que compramos un imán de nevera para una amiga, tomamos un café que resultó ser una bomba de relojería y nos hicimos de nuevo a la carretera. Paramos en las playas de arena negra de Vik, en las que hay unas formaciones basálticas imponentes, y observamos unos cuantos puffins o frailecillos en el promontorio de Dyrholaey. Cerca de Skogar, en lo que ya se considera la región del Sur (Suðurland en islandés) pudimos quitarnos la espina de la víspera y darnos un paseo por el glaciar de Sólheimajökull, que es parte del glaciar de Mýrdalsjökull. Aprovechamos para visitar las cascadas de Skógafoss y Seljalandfoss y fuimos acercándonos hacia lo que llaman el Círculo Dorado. Parada inevitable en Gulfoss y en el Gran Geysir de Haukadalur, bañito en las cálidas aguas del lago Laugarvatn y el spa Fontana (muy recomendable, por cierto) y a buscar un alojamiento donde dormir.
DÍA 7: CÍRCULO DORADO Y REYKJAVÍK
Tras descansar en pleno Parque Natural de Pyngvellir, y pasar de la acampada mochilera a lujo nórdico en apenas unas horas, nos dirigimos a Reykjavík a disfrutar de nuestro último día. En la capital de Islandia teníamos que grabar otro vídeo que esperamos pronto vea la luz, y de camino aprovechamos para hacer una visita a la antigua fábrica de lanas Alafoss, en la que Rebeca pudo hacer acopio de sus preciado material. Un paraíso paa los y las knitters. El de Reykjavík fue un día fantástico. Una capital pequeña pero con mucho movimiento que me encantó. Para poner el broche final al día y al viaje a Islandia, allí nos esperaban unos amigos vascos, los responsables del restaurante pop up Sumendi. Aitor y Bego organizaron una cena con amigos asturianos, islandeses y estadounidenses (además de vascos y sorianos, claro), una velada inmejorable para terminar nuestra trepidante incursión por tierras y aguas de Islandia. Aquella noche dormimos poco más de 2 horas antes de dirigirnos al aeropuerto para pillar un vuelo mañanero a Londres, pasar más de 6 horas tirados en Heathrow y llegar a casa unas 19 horas después.
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Para esta nueva aventura hemos contado con la ayuda de la agencia de viajes Island Tours, de la marca de ropa de montaña Ternua y de Blog on Brands, la plataforma que pone en contacto a bloggers y a marcas.
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