La película «Ocho apellidos vascos» está repleta de chistes sobre las costumbres sociales del País Vasco. Tras el éxito del filme, Turismo de Euskadi lanzó una campaña titulada «Ocho destinos vascos«, que recorre algunos de los escenarios en los que se ha rodado la comedia. De la mano de este blog llega ahora «Ocho museos vascos«, una lista de museos y centros de interpretación llena de impermeables txapelas, enormes piedras, aromáticos quesos y refrescante txakoli.
Llevaba algún tiempo queriendo plasmar en un post aquellos museos vascos dedicados a las características más típicas del país. Tras ver la película, que está plagada de tópicos sobre la cultura, la gente y el acento vasco, se me ocurrió reducir la lista a los ocho museos vascos que mejor representan algunos de estos tópicos. El resultado es el que sigue, una nueva propuesta para saber qué ver y hacer en el País Vasco.
1. MUSEO DE BOINAS LA ENCARTADA: LA MECA DE LA TXAPELA
La txapela. Ese complemento entre lo práctico y lo ornamental que todo vasco que se precie debe llevar cuando rebasa cierta edad. Un imprescindible de la moda vasca. Las de calidad son impermeables y muy útiles para subsistir durante las largas temporadas de lluvia que asolan el País Vasco, esa especie de Mordor que aparece nada más cruzar las imponentes rocas de Bi Haizpe en Irurtzun, siempre según la versión de «Ocho apellidos vascos». Este templo que rinde culto a esta imprescindible prenda se encuentra en Balmaseda, primera villa fundada en Bizkaia y capital de las Encartaciones. En el edificio que hoy en día alberga el Museo Boinas La Encartada se fabricaron txapelas para cubrir las cabelleras y sobre todo las calvas de miles de vascos y forasteros, desde 1892 hasta 1992, año en el que fue clausurada.
Web: La Encartada Museoa Teléfono: 946 800 778
2. PERU HARRI: UN PARQUE PARA HOMENAJEAR A LAS PIEDRAS
Desde tiempos inmemoriales las personas que habitan esta pequeña porción del queso al que llaman la Tierra han sentido una extraña atracción por las piedras. Las numerosas estaciones megalíticas formadas por cromlechs, túmulos, dólmenes y menhires que hay en este territorio dan buena muestra de ello. A la vista de lo que hacían en la prehistoria con esos grandes pedazos de roca, queda claro que además de sentir predilección por las piedras los vascos siempre sintieron una irrefrenable necesidad de levantarlas. Ya sea por una apuesta, para rendir tributo a los difuntos o por puro deporte. Si hay un lugar en el que la piedra cobra categoría espiritual ese es el Parque Museo Peru Harri de Leitza. Se trata del proyecto personal de uno de los harrijasotzailes o levantadores de piedra más conocidos del país, como es el mítico, casi mitológico, Iñaki Perurena. Por cierto, la localidad navarra en la que se encuentra este museo es uno de los escenarios principales de la película «8 apellidos vascos«.
Web: Peru Harri Parkea Teléfono: 659 701 045
3. TXAKOLINGUNEA: PARAÍSO TERRENAL DE DIONISO Y SU CUADRILLA
Abierto a principios del año 2014 en Bakio, Txakolingunea es un museo vasco dedicado a ese vino blanco joven que se produce con variedades propias de la tierra, como son las uvas hondarrabi zuri y hondarrabi beltza. Bakio es la capital del txakoli de denominación vizcaina, al igual que Getaria lo es para la denominación guipuzcoana y la comarca de Aiaraldea para la alavesa. La construcción de este nuevo museo público no ha estado exenta de polémica, pues ha sido investigada por la Fiscalía por presuntas irregularidades… Hay otros museos en los que Baco, Dioniso y su cuadrilla, ese ente indispensable de la sociedad vasca, se mueven como vino en barrica. En Olite (Navarra) y Laguardia (Rioja Alavesa) hay sendos museos dedicados a tan delicioso caldo. Son el Museo del Vino de Navarra y Villa Lucía, respectivamente. En Astigarraga también existe Sagardoetxea o Museo de la Sidra Vasca, sin ánimo de quitar protagonismo a los asturianos.
Web: Txakolingunea Teléfono: 946 193 395
4. MUSEO FOURNIER DE NAIPES: DEL «HOR DAGO» AL «ÓRDAGO»
Toda sociedad gastronómica o txoko de renombre guarda en sus cajones un tapete, unas buenas cartas y un puñado de amarracos. Después de una copiosa cena, no hay mejor deporte que jugar una partida de mus con una copa de pacharan y al grito de órdago. Pues bien, está ampliamente aceptado que el mus es un juego de naipes de origen vasco, y prueba de ello es el vocabulario que se emplea. Dicen que «mus» puede venir de «musu«, que quiere decir «beso» o «morro» en euskara, en referencia al gesto que se hace con los labios durante las partidas. «Hamarreko» quiere decir literalmente «de diez», aunque curiosamente los «amarracos» cuentan solo como cinco… «Hor dago» no es otra cosa que «ahí está», en clara alusión al mayor desafío que se lanza en este juego de cartas. Incluso el pacharán, del euskara «basarana«, no quiere decir otra cosa que «endrina», literalmente «ciruela del bosque». Si en las sociedades hay unos cuantos mazos para jugar al mus, a buen seguro serán de la marca alavesa Heraclio Fournier, quien da nombre al Museo Fournier de Naipes de Vitoria-Gasteiz. Este museo, que comparte con el de arqueología las instalaciones del Museo Bibat , recorre algo así como la historia universal de los juegos de cartas.
Web: Museo Fournier de Naipes Teléfono: 945 203 700
5. OLALDE: PARQUE MUSEO DEL DEPORTE RURAL VASCO
En el deporte rural vasco no todo es levantar piedras y contar troncos. En la localidad de Mungia hay un centro de interpretación del deporte rural vasco en el que se muestran las diversas disciplinas a las que se ha jugado desde tiempos inmemoriales. La siega con guadaña (sega-jokoa), el alzamiento de yunque (ingude altxatzea), el arrastre de piedra por bueyes (idi-dema) o por hombres y mujeres (gizon proba; emakume proba) son algunas de las modalidades más conocidas. Sin embargo, la fuerza bruta o la resistencia física no son siempre los factores más decisivos en estas olimpiadas rurales. En algunas disciplinas la destreza juega un papel importante, junto con la velocidad, como en la recogida de mazorcas (lokotx biltzea). En otras, como el lanzamiento de fardos de paja (lasto botatzea) o el levantamiento de carro (orga jokoa), evidentemente sí. El Parque Museo Olalde es el lugar perfecto para conocer a fondo, e incluso disfrutar en primera persona, las peculiaridades del deporte rural vasco.
Web: Parque Museo del Deporte Rural Vasco Teléfono: 946 740 061
6. CENTRO DE INTERPRETACIÓN Y DEGUSTACIÓN DEL QUESO DE IDIAZABAL
Esa pegatina de una oveja que adorna los maleteros de los coches de miles de vascos representa a la oveja latxa. Es, junto con la carranzana, la raza de oveja con cuya leche se elaboran los quesos con denominación de origen Idiazabal. En la localidad guipuzcoana que da nombre a la denominación, en plena comarca del Goierri, se encuentra el Centro de Interpretación y Degustación del Queso Idiazabal, un museo que permite conocer y saborear la autenticidad de este conocido queso vasco. En temporada de ordeño y elaboración, cabe la posibilidad de visitar las instalaciones de la cercana quesería Aranburu para conocer más de cerca las diferentes fases del proceso. No muy lejos de allí, a unos 20 kilómetros, existe otro museo estrechamente relacionado al de Idiazabal. Se trata del Ecomuseo del Pastoreo de Legazpia, o Artzaintzaren Ekomuseoa.
Web: Centro de Interpretación del Queso Idiazabal Teléfono: 943 188 203
7. MUSEO DE LA INDUSTRIA ARMERA: DE LAS ESCOPETAS A LAS BICICLETAS
La historia, en general, guarda una estrecha relación con las armas y las guerras. El País Vasco, desgraciadamente, no es ajeno a este hecho, ya sea por razones políticas o industriales. Dejando de lado la primera de las cuestiones, cabe destacar que en Gipuzkoa existe una localidad conocida como la villa armera. Se trata de Eibar, una ciudad en cuyas factorías se han fabricado armas de todo tipo, tanto para la caza como para la guerra. También es un ejemplo de reconversión industrial que convirtió las escopetas en bicicletas y pasó de fabricar pistolas a construir máquinas de coser y motocicletas. El Museo de la Industria Armera de Eibar recorre la historia industrial de la ciudad desde el siglo XIV y alberga una extensa colección procedente de varios fondos, como el antiguo Museo de Armeria Eskola. Existe otro Museo de Armería en Álava, aunque comprende otra época y otro tipo de armamento.
Web: Museo de la Industria Armera Teléfono: 943 708 436
8: CASERÍO MUSEO IGARTUBEITI: EL BASERRI COMO ICONO
El baserri o caserío es uno de los iconos más arraigados en la cultura vasca. Representa el hogar familiar, la protección maternal y, en definitiva, la casa de cada uno, la auténtica patria de todos nosotros. Al calor de sus lumbres se han contado historias de todo tipo que han pasado de generación en generación hasta nuestros días. Su característica arquitectura se ha convertido en parte del paisaje bucólico vasco, musa inspiradora de infinidad de cuadros costumbristas. El caserío fue, precisamente, la imagen utilizada por Euskadi Turismo en la pasada edición de Fitur. Más allá de su pintoresca presencia, el caserío vasco ha tenido una importante relevancia económica y social como unidad autosuficiente. Todo ello se ve reflejado en el Caserío Museo Igartubeiti de Ezkio-Itxaso, en el que el visitante puede observar cómo se organizaba la vida en torno a estas casas. Entre otras actividades, en octubre se celebra la semana de la sidra, con demostraciones del proceso de elaboración de esta bebida. Existe otro museo dedicado al caserío vasco en la localidad vizcaina de Artea, llamado el Ecomuseo del Caserío Vasco.
Web: Igartubeiti Baserri Museoa Teléfono: 943 722 978
Nota: Fotografía de portada: Imanol Manterola | cc-by -sa Igartubeiti Baserria