Missolonghi (Mesolongi en castellano) es una ciudad ubicada al Oeste de Grecia. Su nombre proviene del italiano «mezzo» y «laghi», y viene a significar algo así como «en medio de los lagos». Es conocida sobre todo por haber sido escenario de un dramático sitio durante la Guerra de Independencia de Grecia, y por ser el lugar donde el famoso poeta anglo-escocés Lord Byron encontró la muerte.
Fotografía de portada: CC-BY-SA-NC Petros Asimomytis
Lord Byron en su lecho de muerte, por Joseph-Denis Odevaere c.1826
Tuve la ocasión de visitar este pueblo durante mi segundo crucero a vela por aguas griegas, tras cruzar el Canal de Corinto y mientras surcaba el Mar Jónico. Para llegar a Missolonghi por mar, hay que navegar primero por unos canales que conducen desde el Golfo de Patras hasta el municipio. En sus orillas observé, y saludé, a familias con los pies a remojo, así como los embarcaderos de los pescadores locales. La urbe se encuentra al lado de una de las lagunas más importantes y peculiares del Mediterráneo.
El complejo de lagunas de Missolonghi-Atolikos se caracteriza por ser un lago abierto al mar, protegido por la Convención de Ramsar y parte de la Red Natura 2000. Su lago principal está rodeado de islotes de arena y marismas, y se conecta al resto de lagunas a través de estrechos canales. Una de las industrias locales más fuertes es la «vallicultura», la acuicultura en las lagunas.
Después de atracar nuestro velero en un puerto deportivo a medio construir, nos dirigimos a pie hacia lo que a primera vista parecía el casco urbano. De camino a la ciudad, nos encontramos con una especie de cementerio de máquinas de guerra que parecía sacado de una película. Desde mi desconocimiento diría que había algunos aviones de la segunda guerra mundial, tanques y algún que otro caza algo más moderno. Tras un breve paseo llegamos al casco urbano de Missolonggi y nos propusimos visitar la tumba de Lord Byron, a sabiendas de que el escritor británico pereció en esta ciudad.
La vida de Lord Byron está llena de vicisitudes, aventuras y amores. En 1809 ocupó un escaño en la Cámara de los Lores, y poco después emprendió un viaje por varios países de Europa que duró nada menos que dos años: España (donde escribió el poema «La chica de Cádiz»), Portugal, Albania, Malta y Grecia. En este último país completó la hazaña de cruzar a nado el Estrecho de Dardanelos, que separa Asia y Europa. También estuvo en Turquía, donde se dice que intentó descubrir Troya.
En 1812, la publicación de los dos primeros cantos de «Las peregrinaciones de Childe Harold» lo llevaron a la fama. Se trata de unos poemas que narran, precisamente, sus viajes por el Viejo Continente. George Gordon Byron, que así se llamaba, apreciaba con pasión los placeres del sexo (ago que no extraña, por otro lado). Se le conocen numerosos affaires sexuales durante sus viajes, tanto con hombres como con mujeres, fueran aristócratas o gente llana. De hecho, él mismo alardeaba de haber tenido 250 relaciones sexuales con mujeres en Venecia, donde también vivió durante un tiempo.
Lord Byron con atuendo albano, por Thomas Phillips
Lord Byron nunca gozó del beneplácito de los demás miembros de la nobleza, probablemente por sus continuos amoríos y su espíritu crítico. En 1815 se casó con Anna Isabella Milbanke, a quien le dijo en la noche de bodas: «Te arrepentirás de haberte casado con el diablo». Ella lo abandonó en 1816, al descubrir que Byron le era infiel.
Los rumores sobre relaciones incestuosas con su hermanastra Augusta, sus poemas antipatrióticos, las sospechas de sodomía y las dudas sobre el estado de su azotea (no sé si razonables) lo abocaron al ostracismo social. Muy afectado por esta especie de juicio público, Lord Byron abandonó definitivamente su país en 1816, emprendiendo el que se convertiría en el viaje más largo de su vida. Missolongi fue su destino final, donde murió en 1824.
Missolonghi cc-by-sa John & Mel Kots
Primero vivió en Suiza durante un tiempo, donde entabló una relación muy estrecha con Percy Shelley, Mary Shelley y su médico personal John William Polidori. «Frankestein» y «El Vampiro» están basados en la personalidad de Byron, y son el resultado de una tormentosa noche de verano, durante la que se propusieron escribir relatos de terror. Durante su estancia en Suiza, Byron escribió «El prisionero de Chillón», «El himno a la belleza intelectual», «El sueño» y «Estancias a Augusta».
Haciendo gala de su espíritu crítico y revolucionario, en 1821 participó en la revuelta de los Carbonarios en Rávena y se enroló en los movimientos contra el Papa y Austria. «La profecía de Dante», una de sus obras más críticas, fue publicada por aquellas fechas. En 1823 fue nombrado miembro del Comité de Londres para la independencia de Grecia (por aquel entonces parte del Imperio Otomano), país al que tuvo que desplazarse desde Genóva a bordo de la goleta «Hércules».
Luchó por la independencia del Grecia y fue recibido como un héroe, pero las rencillas y luchas de poder internas de los griegos le desanimaron profundamente. El título de su última obra, «A mis treinta y séis años», parece hacer referencia a la crónica de una muerte anunciada. El 10 de abril sufrió un ataque epiléptico en Missolonghi, enfermando gravemente hasta que falleció nueve días después, tras un sangriento tratamiento que no dio resultado.
Antiguo Hospital de Missolonghi cc-by-sa Dan Diffendale
Lord Byron es un héroe nacional en Grecia. Dionysios Solomo, considerado el poeta nacional Griego, escribió un poema sobre la inesperada muerte de su colega británico. Vyron, la forma griega en la que se escribe su apellido, sigue siendo un nombre masculino popular. Y existe un suburbio de Atenas llamado Vyronia en su honor.
Tras su muerte, el cuerpo de Lord Byron comenzó un periplo tortuoso. Sus restos fueron embalsamados, pero los griegos quisieron guardar alguna parte de su cuerpo. Según algunas fuentes, su corazón permaneció en Missolonghi. El resto del cuerpo embalsamado fue enviado en una cuba de cognac a Inglaterra, para ser enterrado en la Abadía de Westmister. Pero la Abadía se negó a darle sepultura por la «dudosa moralidad » del autor, y fue finalmente enterrado junto a su madre en la Iglesia de Santa María Magdalena de Hucknall, en Nottinghamshire.
Tumba de Lord Byron by Andrew Abbott
Unos años más tarde permitieron colocar junto a la tumba del escritor una placa de mármol regalada por el Rey de Grecia. Los amigos de Byron también quisieron rendirle homenaje, y recaudaron 1.000 libras para encargar una estatua. A pesar de que estaba terminada para 1834 , la Abadía de Westminster, el Museo Británico, la Catedral de St. Paul y la National Gallery se negaron a exhibirla, y finalmente fue colocada en la librería de Trinity College de Cambridge.
Placa conmemorativa en la Iglesia de Santa María Magdalena by Andrew Abbott
El ilustrador norteamericano Robert Ripley dibujó en 1950 la tumba del perro de Lord Byron, un Terranova o Newfoundland Dog llamado Boatswain por el que el poeta sintió auténtica devoción. Al pie del dibujo se puede leer una nota: «El perro de Lord Byron tiene una magnífica tumba, mientras que el propio Lord Byron no tiene ninguna«. La verdad es que a día de hoy la tumba de Boatswain sigue siendo mucho más ostentosa que la de su amo, quien llegó a dedicarle el poema «Epitafio para un perro«. Se puede leer en la talla de la propia sepultura canina, que se encuentra en la Abadía de Newstead, otrora propiedad del escritor.
Tumba de Boatswain cc-by-sa-nc Johnson Cameraface
The New York Times publicó un artículo en 1907 en el que se preguntaba si «el hecho de ignorar la figura de Byron no debería hacer que Inglaterra se avergonzase… Deberían colocar un busto o una placa en el Poets’ Corner para subsanar la ingratitud de Inglaterra hacia uno de sus grandes hijos». No fue hasta 145 años después de su muerte, en 1969, cuando finalmente se colocó un monumento conmemorativo en el Rincón de los Poetas de Westminster Abbey, saldando la deuda histórica de Gran Bretaña para con su poeta.
Tras vagar por las calles de Missolonghi, finalmente nos percatamos de que no existe ninguna sepultura del poeta en la localidad griega.Lo único que encontramos fue una estatua conmemorativa, en el llamado Jardín de los Héroes. Existe otra estatua en pleno centro de Atenas, en el exterior de los Jardines Nacionales, que representa a una mujer coronando al escritor.
Si viajais a Missolonghi, por tanto, no busquéis la tumba de Lord Byron, porque no la encontraréis. Lo que es inegable es que su corazón, ya sea de forma física o metafórica, se encuentra en esta localidad griega a orillas del Mar Jónico.
Estatua de Lord Byron en Missolonghi cc-by-sa-nc Dan Diffendale