Es la última iglesia islandesa construida al modo tradicional. Pero no me he podido resistir a escribir el titular que precede a estas líneas: La última iglesia de Islandia. Y es, además, un lugar mágico que merece la pena visitar si uno decide viajar a Islandia.
Como en toda buena familia, en la mía también ha habido curas y monjas. Ya se sabe que de todo hay en la viña del Señor, y en todas las casas cuecen habas. Fue bastante conocido mi tío-abuelo Miguel, el tío cura, en parte por su fuerte carácter pero sobre todo por sus inquietudes culturales y su afición a la fotografía. Entre quienes se casaron con Cristo, también las hubo mujeres. Como la tía Felisín, la tía monja, hermana por doble partida. Era una de las hermanas del tío cura, al tiempo que fue hermana misionera del Sagrado Corazón. (más…)
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