En el preciso instante que escribo estas líneas faltan apenas 6 horas para que coja el topo que va de Donostia a Hendaia. Es más de la una de la madrugada y aún sigo cerrando algunos detalles de la aventura que comenzaré mañana. En Hendaia me subiré a otro tren que me llevará a Burdeos y de aquí comenzaré una ruta en bicicleta por la ribera izquierda del río Garonna, en Aquitania. En la pestaña contigua tengo abierta la web de SNFC, el servicio de ferrocarriles francés. Todavía no he reservado billete, aunque creo que eso no va a suponer un problema. Lo que sí he hecho ha sido el inventario, el inventario de un cicloturista amateur.
Cicloturismo en Francia. Es algo que llevaba tiempo con ganas de hacer. La aventura arranca en Burdeos con mi bicicleta de carretera, más conocida como La Flecha. Será la única compañera de este viaje en solitario, mi primera experiencia de cicloturismo. La etapa inicial me llevará hasta Blaye y su ciudadela posteriormente a un camping cercano donde espero poder pasar la noche. En la parrilla llevo un par de alforjas con 10 litros de capacidad cada y una mochila a mis espaldas. Será la primera vez que cruce el río Garona, pero no la última.
Quiero recorrer gran parte de la zona vitivinícola del Medóc, atravesar sus viñedos y contemplar sus chateaux. Dependiendo de la meteorología, el viaje puede durar una semana o quizá algo más. Cuando llegue a la punta más septentrional del Departamento de la Gironda visitaré los vestigios de lo que fueran los búnkers nazis de la II Guerra Mundial liberados por el batallón Guernica, formado por gudaris vascos. Están en Pointe de Grave. De aquí cruzaré el estuario de la Gironda en ferry para llegar a Royan y descubrir a sus alrededores. De vuelta hacia el Sur, mi idea es desplazarme desde Royan hasta Hourtin y de aquí a Arcachón. Aquí es donde espero finalizar el viaje de cicloturismo en Francia para coger el tren de vuelta a Donostia. En total son apenas 300 kilómetros que me quiero tomar con calma, visitando con tranquilida los lugares por donde paso.
Como podéis observar en el inventario que he preparado, no se trata de un viaje de lujo sino más bien todo lo contrario. Quiero desplazarme haciendo el mínimo gasto posible, durmiendo con la tienda de campaña, cocinando en mi hornillo y, de vez en cuando, pegándome un homenaje en algún restaurante francés. El menú, muy probablemente, estará compuesto por moules et frites. Ya tengo varios reportajes pensados para publicar a mi vuelta.
Los preparativos de mi viaje han consistido, básicamente, en definir una ruta y un calendario, decidir cuál sería el equipaje ideal (y encontrar todo lo que me he propuesto llevar), buscar campings donde dormir al finalizar cada etapa de la ruta cicloturista por Francia y mirar todos los días la previsión meteorológica de Meteo France para Aquitania. De momento pinta bastante bien, pero parece que este viernes empeorará considerablemente, pues dice mi padre que es una zona muy inestable, meteorológicamente hablando.
He dividido mi equipaje en tres apartados principales. Entretanto, sigo sin reservar mi billete de tren…
ROPA Y VESTIMENTAS CICLISTAS
Además del equipamiento para andar en bici (culottes, maillot, guantes, gafas, casco…), 3 camisetas y otros tantos canzoncillos, varios pares de calcetines y unas zapatillas de trekking. Un cortavientos de Ternua que me tiene locamente enamorado, una chamarra gore-tex, toalla, bañador y chancletas.
ALGO PARA COMER
La idea es ir comprando cada día según las necesidades en tiendas y supermercados locales. Pero llevo los básicos para este tipo de ocasiones: Algo de pasta de fácil cocción, sobres de café con leche y azúcar, unas barritas de cereales y chocolates y otras de galleta y mermelada. Y, por supuesto, un poquito de jamón.
BÁSICOS PARA DORMIR
Mi kit de dulces sueños está compuesto por una tienda de campaña ultraligera (2 kilos y capacidad para 2 personas), un saco sábana (si de noche hace frío me abrigaré con ropa) y una esterilla bastante fina que he podido colocar en la parrilla con los siempre últiles pulpos.
TECNOLOGÍA VS. HIGIENE:
En lo que ha tecnología respecta voy casi desnudo, al menos para lo que estoy acostumbrado. ¡Viajo sin ordenador portátil! Y estoy feliz… Eso sí, llevo un móvil y tres cargas de batería extra. Por lo demás, dejo la réflex en casa y me llevo una cámara compacta con la que estoy muy contento. También llevo herramientas para reparaciones básicas, repuestos, linterna y un botiquín de motorista. Nada de amputaciones, solo torniquetes por favor. En lo que a higiene se refiere tan parco como en tecnología. Apenas un cepillo y pasta de dientes, un par de mini-botes de jabón (esta es la verdadera razón es por lo que la gente se lleva los amenities de los hoteles) y, cómo no, un rollo de papel higiénico.