Las mareas vivas han estado en boca de todos durante la semana pasada. La playa de La Concha ha quedado reducida a una pequeña franja de arena durante la pleamar, y se ha mostrado más extensa que nunca durante la bajamar. Los periodistas se han afanado sin éxito en explicar el fenómeno, y los niños han disfrutado como lo que son en los muelles de puertos como el de Donostia.
Después de recorrer la Parte Vieja y el centro de Donostia con los amigos de la red social de viajes Minube, nos dirigimos hacia el Aquarium de San Sebastián atravesando el Paseo de los Curas de Urgull. Desde allí se puede disfrutar de una impresionante vista de la ciudad y, en especial, del puerto de Donostia. Estábamos a 10 de septiembre de 2014 y parecía que el agua desbordaría por momentos los muros del viejo puerto.
Durante la pleamar, la marea viva propició una auténtica fiesta en el puerto de Donostia. Un grupo de jóvenes colocó una cinta de equilibrista o slackline para deleite de curiosos y turistas, mientras otros se refrescaban en la rampa e incluso tomaban el sol tumbados en sus toallas.
Un poco más adelante, a la altura del Barrio de la Jarana, un grupo de chavales y chavalas más jóvenes trataba de ganarse la merienda a la manera clásica. El sistema consiste en pedir a los viandantes que arrojen «una monedita» al agua. Los niños y niñas bucean y compiten entre sí para ver quién se hace con la moneda y, por supuesto, el más hábil se queda con ella. Es curioso comprobar cómo esta costumbre perdura de generación en generación, pues hasta donde yo sé su origen se remonta al menos a la época de mi aitona paterno. En mis tiempos se colocaba la moneda en la boca antes de salir a la superficie, simulando que había sido capturada con los dientes, lo que generaba aún más regocijo entre los patrocinadores.
Coincidiendo con las mareas vivas que han llenado y rellenado telediarios y portadas, el miércoles pasado lucía un tiempo espléndido en la capital guipuzcoana. La gente se echó a la calle para aprovechar los últimos suspiros del verano y disfrutar del mar, que parecía más que nunca una piscina. La bahía de La Concha estaba como un plato, los barcos arribaban y partían sin parar y el puerto lucía una vistosa estampa veraniega.
Hay diferentes tipos de mareas vivas. Me lo ha repetido mi padre una y otra vez durante estos días. Existen las mareas vivas a secas, las mareas vivas equinocciales, y las mareas vivas equinocciales de perigeo. He estado investigando y tratando de comprender cada una de ellas, pero según se va complicando la cosa las fuentes difieren. En cualquier caso, voy a tratar de explicar y diferenciar las unas de las otras.
- MAREAS VIVAS: También conocidas como sizigias, se producen cuando el Planeta Tierra, la Luna y el Sol se encuentran alineados desde un punto de vista cenital. Para que nos entendamos, cuando están alineados si los miramos «desde arriba». Cuando están en oposición (Luna, Tierra, Sol, en ese orden) se produce la luna llena. Cuando están en conjunción (Tierra, Luna, Sol), se produce la luna nueva.
- MAREAS VIVAS EQUINOCCIALES: En las mareas vivas equinocciales (sizigias equinocciales) se suma un factor más. Ocurre cuando la alineación de los astros (ya sea en conjunción o en oposición) se produce en fechas cercanas al equinoccio de otoño o primavera (septiembre y marzo). Es decir, cuando el Sol está situado en el plano del ecuador terrestre. Explicado coloquialmente, cuando además de estar alineados desde un punto de vista cenital, lo están desde un punto de vista lateral.
- MAREAS VIVAS EQUINOCCIALES DE PERIGEO: Estas se producen cuando, además de todos los factores anteriormente citados, la Luna se encuentra en su perigeo. Es decir, la alineación de los astros se produce en fechas cercanas a los equinoccios y además esto ocurre cuando la Luna se encuentra cerca de la Tierra en el recorrido por su órbita.
Según varios documentos, tablas de mareas y calendarios lunares que he podido consultar, el fenómeno que pudimos ver la semana pasada se trataba de una marea viva equinoccial que se produjo en un momento en el que la luna se encontraba muy cerca de su perigeo, coincidiendo con la llamada «superluna«. El coeficiente de marea llegó al 116, en una escala habitual de 20 a 120. Este fenómeno se repetirá con algo menos de intensidad el próximo 9 de octubre, aún cerca del equinoccio de otoño, con un coeficiente de 112.
Aún más espectaculares serán las mareas sizigias de perigeo que se producirán el 21 de marzo de 2015, pues alcanzarán un coeficiente de 119, algo que no se producía desde el año 1993. A las mareas que superan este coeficiente se les llama coloquialmente «mareas del siglo«, aunque se producen con más frecuencia de lo que su nombre puede dar a entender.
En las fórmulas que se utilizan para elaborar las predicciones de las mareas, intervienen hasta cerca de 70 constantes armónicas. Comprender el funcionamiento de las mareas es bastante complicado. Sin duda es la Luna la que más influye sobre este fenómeno, mucho más que el Sol, y por lo tanto también a los diferentes tipos de mareas vivas que se producen. Esta no pretende ser más que una explicación de andar por casa.