Esta semana se ha conocido que una espléndida foto de John Stanmeyer ha sido declarada foto del año 2013 por World Press Photo. Se trata de una instantánea tomada en Djibuti en la que un grupo de personas alzan sus móviles al caer la noche para tratar de captar la señal de telefonía móvil de la vecina Somalia. Vi por primera vez esta foto en un reportaje de National Geographic sobre el periodista Paul Salopek y su caminata más allá del Edén. Me pareció impactante por todo lo que se esconde tras la belleza de esa foto.
A pesar de que yo no soy fotógrafo, aunque sí periodista, de un tiempo a esta parte llevo seleccionado una de las fotos que he sacado a lo largo del año anterior, y la subo a Facebook con el título «My Personal World Press Photo«. En su día me pareció buena idea que cada uno decidiéramos cuál es nuestra mejor foto del año. Así que desde 2011 selecciono aquélla foto con la que más satisfecho me he quedado y la subo a las redes sociales.
Entiendo que el galardón de World Press Photo, además de valorar la calidad técnica de una fotografía, premia a aquellas fotos que reflejan una realidad social, un acontecimiento, una costumbre o un suceso con cierto carácter noticiable desde el punto de vista periodístico. Son criterios muy subjetivos, pero procuro que las fotos que selecciono respondan a esas características.
La verdad es que llevo poco tiempo sacando fotos con una cámara réflex. Tras dejar atrás mi época de periodista de redacción, durante varios años me volqué en el vídeo, algo de lo que no me arrepiento en absoluto porque es una de las actividades que me da de comer. Sin embargo, debo reconocer que sobre todo en mis viajes descuidé un poco las fotografías para centrarme en los vídeos. El reto del periodista multimedia, del contador de historias del siglo XXI, es ciertamente complicado: Tiene que tratar de hacer buenos vídeos, sacar fotos impresionantes y tomar notas sin cesar para no perder detalle de lo sucedido… Y en eso estamos.
En lo que a las fotos se refiere, en mi caso otorgo muchísima importancia a fotografiar lo cotidiano de los destinos, huyendo en la medida de lo posible de la típica postal, y más allá de los paisajes. En más de una ocasión he comentado a un amigo que hace fotografías mucho mejores que las mías, al menos desde el punto de vista técnico, que estoy un poco cansado de ver paisajes y monumentos en los blogs de viajes. No quisiera restar importancia a las espectaculares fotos de paisajes, que yo también intento captar. Pero muchas veces echo de menos a las personas, las caras y las miradas. Pues bien, las fotos que acompañan este artículo conforman mi selección de fotos de los últimos tiempos, una por cada año.
Sé que puede sonar un poco pretencioso, pero estas son las fotos que conforman mi World Press Photo personal desde 2011. La verdad es que cada año que pasa saco más fotos, visito más lugares y conozco a más personas, por lo que cada vez me resulta más difícil hacer la selección. Habrá que ver cuál es la seleccionada para el año 2014, aunque en lo poco que llevamos de año diría que tiene bastantes papeletas alguna de las fotos del temporal en Donostia.
CLAMANDO AL CIELO (2011)
Fotografía tomada durante la celebración e la feria de Santo Tomás en Donostia en 2011. Un harrijasotzaile (levantador de piedras) mira al cielo para reclamar justicia tras levantar una piedra de cientos de kilos en varias ocasiones. Al parecer no fueron suficientes. Mi cuñado la tituló, con acierto, «Como suba te vas a enterar».
LA ÚLTIMA BALLENA (2012)
Fotografía tomada en la Playa de la Concha en diciembre de 2012. Un policía local de Donostia custodia el cordón que rodea a una ballena varada en la arena. Se trata de un rorcual común que fue visto con vida la víspera en la bahía. Yo mismo tuve la suerte de ver cómo asomaba varias veces a la superficie, pero desgraciadamente en ese momento no llevaba encima ni cámara ni teleobjetivo.
CICLOGÉNESIS EN VARSOVIA (2013)
Fotografía tomada en Varsovia en diciembre de 2013. Un anunciado temporal nos dio la bienvenida a nuestra llegada a Polonia. La foto está tomada en el interior de un tranvía de la capital. Un grupo de ciudadanos se refugia entre los cristales empañados del abarrotado tranvía.