Anochece sobre el lago Tissamaharama y los peregrinos aprovechan las últimas horas de luz para darse un chapuzón, asearse, limpiar la ropa y retirarse a descansar. Cientos de aves vuelan hacia los árboles de la lluvia que crecen sobre las aguas cenagosas, antes de que el sol se ponga. Al tiempo, miles de murciélagos toman el relevo y comienzan su vuelo formando una interminable bandada. Cae la noche y empieza su jornada.
Un hombre, en pie sobre su canoa, se apresura hacia la orilla, al compás de los cantos de garzas y otras aves zancudas. Algunas se esmeran para conseguir la última captura del día, acechando las aletas dorsales que emergen del agua. Un niño muestra orgulloso a los viandantes el resultado de una tarde de pesca. A sus pies se acumulan numerosos restos, recipientes de comida rápida ceilandesa, que los peregrinos han arrojado a su paso por la carretera que bordea este embalse artificial.
El lago Tissamaharama o Tissa Wewa se encuentra cerca de la localidad de la que recibe su nombre. Se cree que fue construido en el siglo tercero antes de Cristo, bien por el rey Maharama o por su sucesor el príncipe Yasala Tisa, monarcas del Reino de Ruhuna. Se empleó para el riego de las plantaciones de arroz y el suministro de agua de la floreciente ciudad de Tissamaharama. Fue reconstruido en el siglo XIX y cuenta con un sofisticado sistema de riego. En uno de los extremos del dique se levantan varios árboles de la lluvia indios, morada de murciélagos por el día y de las aves por la noche, que fueron plantados por los británicos para dar sombra.
Sobre el dique sur del pantano transcurre la carretera B464, que lleva al templo de Kataragama, uno de los puntos de peregrinaje más importantes de la isla y acceso al mayor Parque Nacional de Sri Lanka, el parque de Yala. Es venerado por budistas cingaleses, tamiles hinduístas, musulmanes y por el pueblo vedda. Se trata de un conjunto de capillas, mayoritariamente gestionadas por los budistas, excepto las mezquitas y aquellas dedicadas a las deidades hinduístas. Hasta la década de 1940, la mayoría de peregrinos que acudían a Kataragama eran tamiles hinduístas srilankeses y procedentes del sur de India, quienes llevaban a cabo una larga y agotadora padayatra o peregrinaje a pie.
El templo está consagrado a Katagarama deviyo, guardián de Sri Lanka venerado tanto por budistas como por hinduístas. Pese a que originalmente fue un centro de peregrinaje mayoritariamente hindú, tras la construcción de varias carreteras que facilitaron el acceso en 1940 comenzaron a crecer las peregrinaciones budistas. Este hecho originó disputas entre los fieles de ambas religiones, que reclamaban la titularidad sobre del templo, hasta que el Gobierno intercedió a favor de la parte cingalesa y budista, discriminando presumiblemente a la minoría tamil.
Al otro lado del dique, donde un grupo de obreros se afana en construir un nuevo canal, se erige otro importante templo de culto budista. Se llama Tissamaharama Raha Maha Vihara y es una de las dagobas o estupas más grandes y antiguas de Sri Lanka. Fue construida por el rey Kavan Tissa de Ruhuna en el siglo II antes de Cristo y consagrada al propio Buda Gautama, quien, se dice, pasó algún tiempo meditando allí mismo acompañado de 500 arhat o personas que han alcanzado el nirvana.
Numerosos creyentes hacen parada en Tissamaharama de camino a Kataragama. Visitan el templo y aprovechan para avituallarse y descansar. Sri Lanka es un país que vive al borde de las carreteras. En sus laterales se agolpan innumerables comercios, casas, templos y parte de los 20 millones de habitantes que conforman la población de la Lágrima de India. La otra parte se concentra en autobuses, coches y tuktuks que circulan sin descanso por las vías. En Sri Lanka, cuando las distancias se traducen a tiempo, el resultado no es el esperado por un occidental. Y a pesar de que la isla no es muy extensa, y aunque los peregrinos viajen en coche o autobús, a muchos de ellos se les hace de noche al las orillas del lago Tissamaharama.
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Club Marco Polo ofrece varias opciones para Viajar a Sri Lanka.
- La Perla de Oriente (12 días).
- Escapada romántica (14 días)
- Sur de India y Sri Lanka (24 días)
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Este viaje fue posible gracias a la ayuda ofrecida por Club Marco Polo y Viajes Azul Marino, quienes pusieron a nuestra disposición toda la logística necesaria
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