Hace un par de semanas, un grupo de bloggers de viajes fuimos invitados por la Agencia de Turismo de Malta a disfrutar de los atractivos turísticos del país. Malta es una pequeña República independizada en 1964. Se encuentra en el corazón del Mediterráneo, a 90 kilómetros al sur de Sicilia y a 350 al norte de Trípoli, la ahora convulsa capital de Libia. He de decir que durante los cuatro días que hemos recorrido las islas maltesas, hemos sido excelentemente acogidos tanto por los organizadores del viaje como por los propios ciudadanos de Malta.
Footgrafía de portada cc-by-sa-nc Olmo Calvo Rodríguez
En muy poco tiempo hemos tenido la oportunidad de conocer los principales puntos de interés turístico, como La Valletta, la ciudad silenciosa de Mdina, Rabat, la isla de Gozo, los templos de Ggantija (anteriores a Stonehenge), pequeños puertos pesqueros como Marsaxlokk, museos, catedrales, palacios y demás… También hemos tenido ocasión de conocer la historia del país, centrada principalmente en la época de los Caballeros Hospitalarios (La Orden de San Juan de Jerusalén, hoy conocida como Orden de Malta), el sitio y bombardeo que sufrió la isla durante Segunda Guerra Mundial o las numerosas culturas, civilizaciones e imperios que han ocupado la isla: Fenicios, griegos, cartagineses, romanos, árabes, normandos y, más recientemente, la Corona de Aragón, la Francia de Napoléon o el imperio británico.
Me ha llamado poderosamente la atención la peculiaridad de su idioma, el maltés o maltí, actualmente oficial junto con el inglés. Se trata de la única lengua semítica que se escribe con caracteres latinos. Procede del árabe coloquial siciliano, un dialecto hoy desaparecido del árabe magrebí, y contiene numerosos préstamos del griego, el italiano, el siciliano y el inglés. Como resultado del viaje, próximamente iré publicando varios capítulos en esta televisión web de viajes. Los episodios tratarán principalmente sobre la historia, las costumbres, la gastronomía, los paisajes y los lugares de interés de Malta, con entrevistas a ciudadanos de a pie incluidas. Podéis ver el tráiler aquí abajo.
Inmigración, el tema tabú
El tema que voy a tratar a continuación es un poco delicado. Quiero dejar claro que en esta ocasión le ha tocado a Malta, pero no es algo exclusivo de este país. La cuestión es que en un receso para fumar un cigarro durante la cena que nos ofrecieron en un restaurante de Mdina (la antigua capital maltesa, que significa ciudad amurallada en árabe), nuestra guía y yo salimos al exterior. En Malta tampoco se puede fumar en establecimientos cerrados, desde hace ya varios años. En ese momento de complicidad aproveché para preguntarle sobre una de las cuestiones más candentes de la actualidad maltesa: la oleada de inmigrantes que está llegando a las costas de la República. Me miró de reojo, frunció un poco el ceño… y con media sonrisa me dio a entender que estaba entrando en terreno movedizo: «That’s a hot topic», me contestó literalmente, a lo que yo le dije que como periodista estaba obligado a preguntarle sobre el tema.
En los días anteriores a nuestra privilegiada visita a Malta centenares de inmigrantes llegaron al mismo destino. En vez de con Ryanair, lo habían hecho en maltrechas pateras. La realidad es que tanto en aguas maltesas como italianas (principalmente en Lampedusa) se está produciendo una verdadera tragedia humana, lo que ha precipitado una auténtica batalla diplomática entre Malta e Italia, y también entre esta última y Francia. Pese a que, como digo, nosotros hemos vivido muy alejados de esa cruda realidad, os dejo una colección de fotos sobre los refugiados en Malta realizadas por Olmo Calvo Rodríguez, que he encontrado en Flickr.
Guerra diplomática
El asunto es complejo. Según llegué a entender en los periódicos, en las últimas semanas han saltado varios conflictos diplomáticos relacionados con el rescate de las personas que pretendían alcanzar suelo comunitario europeo en patera. Por un lado, el ministro de Interior italiano, Roberto Maroni, y su homólogo maltés, Carmelo Mifsud Bonnici, se han enzarzado en un cruce de acusaciones sobre la responsabilidad del rescate fallido de una embarcación que naufragó el día 6 de abril. 20 personas murieron y 200 se encuentran desaparecidas.
Al siguiente día, las fuerzas armadas de Malta rescataron a más de 100 personas que «viajaban» en otro bote. Según las autoridades maltesas, Italia les negó la autorización para desembarcar a este grupo en Lampedusa, y de esta forma poder proseguir con otros rescates. La embarcación se encontraba a 54 millas náuticas de la costa italiana, y a 91 de Malta. Se da la circunstancia de que Italia y Malta han tenido disputas anteriormente sobre lo que se denomina la zona SAR (Search and Rescue). Las autoridades italianas han solicitado en diversas ocasiones que se reduzca la zona SAR de Malta.
Todos parecen querer quitarse «el muerto» de encima. Italia ha decidido conceder permisos de residencia temporales a aquellos inmigrantes cuya intención es trasladarse a otro país (principalmente tunecinos con destino a Francia), lo que ha irritado a las autoridades francesas y alemanas. Hasta el punto de que Francia ha planteado la posibilidad de suspender temporalmente el acuerdo de Schengen.
Mientras tanto, los miembros de la UE que no están siendo directamente afectados por el problema de la llegada de inmigrantes hacen oídos sordos, y no parecen querer alcanzar un acuerdo para afrontar el problema de forma conjunta. Estos mismos países demuestran mucho más consenso y celeridad cuando se trata de cerrar otros acuerdos como, por ejemplo, financiar la operación militar en Libia.
Cómo afecta todo esto al turismo
Al parecer, las autoridades maltesas están muy preocupadas con este problema, que está incidiendo directamente en el turismo. Según me comentaron, ciertas empresas de cruceros (aunque por lo que pude comprobar no todas) han comenzado a evitar el puerto de Malta, que hasta hace poco era una parada obligada de todos los grandes cruceros mediterráneos. Supongo que por la cercanía de la isla con Libia (en marzo aterrizaron en Malta dos aviones de combate libios que habían desertado), así como por la alarma social que ha generado la llegada masiva de inmigrantes.
La realidad es bien diferente. Nosotros, como turistas, disfrutamos de cuatro días casi totalmente ajenos a la actualidad informativa, con poco tiempo para conectarnos a Internet e informarnos sobre temas que no estuvieran directamente relacionados con las joyas de la corona turística maltesa. Y mucho menos para conocer de primera mano la realidad de los inmigrantes que están llegando a la isla y cómo afecta este problema a la sociedad maltesa.
La «normalidad», aparentemente, es total para el turista y la verdad es que a mí me resulta incomprensible cualquier relación de estos sucesos con la industria turística. Quizá porque no encajo en el perfil al que están dirigidos los viajes del tipo crucero o «todo organizado». Aunque, evidentemente, para cuando llegué a la isla ya había tenido noticias del naufragio y de la llegada de inmigrantes, lo cierto es que hubiera permanecido ajeno a este conflicto si no fuera porque en el ferry que une la isla de Malta con la de Gozo me hice con dos ejemplares de periódicos locales, Malta Today y The Times Of Malta, cuyos llamativos titulares captaron mi atención. Fue en ese momento en el que me percaté de lo paradójico de nuestra situación.
Mientras nosotros éramos invitados a disfrutar de las bondades del país y constantemente agasajados, centenares de personas procedentes de África trataban de llegar a esa misma isla, o a la vecina Lampedusa, arriesgando sus vidas, huyendo de una realidad de la que probablemente nosotros también trataríamos de huir: La guerra y la pobreza.
Las personas que llegan «ilegalmente» a Malta y Lampedusa proceden principalmente de Libia y Túnez, aunque la mayoría son originarios de países subsaharianos. Al tiempo que nosotros, bloggers de temática viajera, somos acogidos casi con alfombras rojas, muchos de ellos serán probablemente repatriados. Un eufemismo para evitar decir que serán expulsados, si es que consiguen llegar con vida. Y como consecuencia de todo esto, a buen seguro los viajes a Malta desde «países desarrollados» salgan hoy más baratos que nunca. Paralelamente, a quienes parten de «países subdesarrollados» les está saliendo tan caro como siempre.This entry is only in Spanish yet.
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