A unas 4 millas (7 kilómetros) de las localidades de Le Verdon-Sur Mer (Gironda) y Royan (Charente Maritime) se encuentra el Faro de Cordouan, considerado el faro más antiguo de Francia. Tuve ocasión de visitarlo con motivo de la regata Burdeos-Bilbao en la que participamos mi padre y yo hace un par de años. Se dice que es «el rey de los faros, y el faro de los reyes».
La entrada por mar al estuario de la Gironda, donde confluyen los ríos Garona y Dordoña, es bastante complicada desde el punto de vista de la navegación, no solo por las corrientes que se forman en la desembocadura y en el propio estuario, sino por un peligroso arrecife de unas 150 hectáreas que hay que evitar si no se quiere encallar.
Es en este mismo arrecife donde se erige el Faro de Cordouan, sobre un islote que se aprecia perfectamente durante la bajamar. En época de mareas vivas emerge aún más el banco de arena que rodea la plataforma, y una pasarela a través de la que los visitantes llegan a los pies del faro. La pleamar esconde el islote y las arenas que lo rodean dejando a la vista una solitaria y majestuosa construcción en plena mar.
Reportaje fotográfico: CC-BY-SA Seb Danze
El faro es la principal referencia que señala los pasos de entrada y de salida al estuario que conduce al importante puerto comercial de Burdeos. Existen varias leyendas sobre el origen del faro que se remontan a la alta Edad Media. Una de ellas cuenta que el islote albergó en su día un asentamiento medieval llamado Latran o Médine, que con el tiempo fue devorado por el mar.
También se dice que fueron unos mercaderes musulmanes procedentes de Córdoba quienes construyeron un primitivo faro o atalaya que les permitiera guiar a sus navíos y evitar los naufragios. En francés, Cordoue significa Córdoba, cuyo gentilicio «cordouan» (cordobés) da nombre al faro. Pero ninguna de las dos leyendas está corroborada por datos históricos.
Lo cierto es que el faro que conocemos actualmente fue construido entre 1584 y 1611 por el arquitecto Luis de Foix (relojero de Felipe II), no solo como un faro de utilidad para los navegantes, sino como un suntuoso monumento. Este hecho le valió el apodo de «Versalles del mar». Desde entonces ha sufrido numerosas reformas y cambios, y fue ampliado a finales del siglo XVIII.
Fue declarado monumento histórico en 1862, al mismo tiempo que la catedral Notre-Dame de París. Es el faro en actividad más antiguo de Francia, y está considerado el decano de los faros de Europa. Supongo que por detrás de la Torre de Hércules, que ostenta el título de faro más antiguo del mundo (aunque ya se sabe que estas disputas son tan recurrentes como relativas).
La primera de las construcciones que se empleó como faro albergaba una llama que advertía a los navegantes sobre el peligroso arrecife. En 1948 fue electrificado mediante dos grupos electrógenos conectados a una lampara de 6.000 W. En 1987 se instaló una lampara halógena de 2.000 watios, que es la que hoy en día se aprecia cuando cae la noche en la costa atlántica francesa.
Tras la retirada en 2012 de los últimos guardias que custodiaban el faro, la Asociación para la Salvaguardia del Faro de Cordouan se hizo cargo de su cuidado, y es la que hoy en día se encarga de mantener a dos vigilantes en el edificio con el objeto de prevenir actos de vandalismo.
Actualmente, el faro puede visitarse en grupos limitados. 311 escalones separan al visitante del balcón donde se encuentra la linterna, el último estadio de la visita. Durante la ascensión, se visitan las seis plantas de las que consta el faro, incluida la capilla, el denominado Apartamento del Rey y la Sala de los Girondenses. La subida se ve recompensada con unas impresionantes vistas de 365 grados.
Pese a que se encuentra a la misma distancia de Royan que de Le Verdon, el faro pertenece a esta última localidad. No obstante, ambos puertos ofrecen la posibilidad de embarcarse en pequeños ferrys que conducen a los pies del faro. Con marea baja, los barcos atracan en el banco de arena que existe al lado de la construcción, y tras una pequeña caminata por una pasarela de piedra se accede a la base del faro.
En caso de partir desde Le Verdon, la visita se puede completar con el Museo del Faro ubicado en la misma localidad. Además, existe un ferry que conecta Royan con Le Verdon, por lo que siempre cabe la posibilidad de trasladarse primero a Verdon en ferry, visitar el museo y posteriormente el faro, o viceversa.
El faro se puede visitar de abril a septiembre y conviene hacer la reserva con antelación. La excursión dura en total unas cuatro horas (incluida media hora de navegación a la ida y otro tanto a la vuelta). Dependiendo de las mareas la visita cambia sustancialmente. Con marea baja se accede a través de de los bancos de arena que rodean el faro, por lo que es muy probable que haya que mojarse los pies (llevad calzado adecuado).
Dependiendo del apetito de cada uno, recomiendo llevar avituallamiento y por supuesto agua, puesto que una vez allí no hay opción de comprar nada que llevarse a la boca. Los pequeños cruceros también ofrecen la opción de contratar un almuerzo previo pago de un suplemento, claro está.
Información práctica
- Horarios del Ferry Le Verdon-Royan
- Croisiere la Sirenne (Puerto de Royan–>Faro de Cordouan)
- Cordouan Express (Puerto de Royan–>Faro de Cordouan)
- Royan Croisieres (Puerto de Royan–>Faro de Cordouan)
- Vedette la Boheme (Puerto de Le Verdon–>Faro de Cordouan)
- Horarios y tarifas del Museo de los Faros (Le Verdon)