La historia que hoy os voy a contar tiene su comienzo en Venezuela, allá por el año 1978. Cómo sabréis quienes os habéis tomado el tiempo necesario para leer el apartado «Quiénes somos» de este videoblog, es justo el año en el que nací en el país caribeño.
Por aquel entonces no tendría más de 6 meses. Era un recién nacido cuando los montañeros Martin Zabaleta y Xabier Erro llegaron desde México a Caracas. Os traslado la historia tal y como ha llegado a mis oídos a través de los relatos que he escuchado en casa.
Al parecer, después de algún tiempo trabajando para recaudar los fondos necesarios para cruzar el continente de N a S y culminar el viaje subiendo al Acongagua (6.962 m), Zabaleta y Erro fueron a caer a una playa de la costa venezolana, donde decidieron hacer noche en una tienda de campaña. Habían llegado en barco.
Cuál fue su sorpresa a la mañana siguiente, cuando se percataron de que les habían robado prácticamente todo el material, los efectos personales y el dinero.
Ante aquella situación acudieron a la Euskal Etxea de Caracas, a la que mis padres estuvieron estrechamente ligados durante los años que vivieron en Venezuela. Como era habitual, la solidaridad y la simpatía no se hizo esperar para colaborar en resolver los problemas de documentación, alojamiento y demás. Los dos montañeros nos acompañaron en numerosas ocasiones en nuestra casa, cuando yo aún era un niño de teta de apenas cinco meses de edad.
A pesar de que debí de estar presente en las amigables charlas que tuvieron al calor de una buena cena vasco-criolla, no os lo puedo relatar de memoria. ;) Tengo oido que en alguna ocasión la tertulia-cena congregó en casa a más de treinta personas.
Por lo que sé, ambos hollaron en compañía de Joan Hugas el coloso andino, el pico más alto de Argentina y el más alto de América y del mundo fuera de Asia. En concreto, los tres montañeros abrieron la Variante al filo SurOeste el 2 de enero de 1979, siete meses y medio después de que yo naciera.
De los Andes al Himalaya
Evidentemente, no fue ni la primera ni la última cima importante que atacaban. Sobra decir que el historial de ambos es impresionante.
Menos de dos años después de hollar el Aconcagua, los dos participaron en la «Euskal Espedizioa«, que llevó a Zabaleta y al sherpa Pasang Temba a coronar la cumbre del Everest. Corría el año 1980, un 15 de mayo hace exactamente 30 años.
Es en el Himalaya donde la historia vuelve a cobrar vida en forma de cartas llegadas desde… ¡el mismísimo campo base!
En la primera, fechada el 21 de marzo de 1980, Erro escribe lo siguiente en la postal oficial de la expedición (el original está en euskara):
Un abrazo desde el campo base. Todo va muy bien y en mayo, subida a la cumbre. Muchos recuerdos
La segunda, datada en Kathmandu y fechada el 30 de mayo del mismo año (tras haber cumplido el reto), Erro vuelve a escribir en una postal con foto del Everest, Lho-Tse y Nu-Tse.
Saludos familia: Aquí estamos, de nuevo en las calles, pero todos juntos y disfrutando de la dulzura de Kathmandu. Pronto de nuevo rumbo a Euskadi. Un abrazo enorme.
Durante los últimos meses, con motivo del aniversario de esta gesta, he vuelto a rememorar el mito de estos montañeros, que ha estado presente en mi imaginario desde pequeño. El diario «Berria» publicó una extensa entrevista con el de Hernani, y el tema ha adquirido mayor relevancia al coincidir en el tiempo con sucesos ajenos a aquella hazaña. Me refiero a la cuestión Pasaban/Oiarzabal/Oh, de la que no voy a escribir ahora. Sólo mandar un mensaje de ánimo a la familia de Tolo Calafat.
Por todo ello he decidido desempolvar aquellas viejas postales, y refrescar la memoria junto con la ama y el aita. Y, por qué no, compartir la historia en este blog…
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